La relación entre Carolina «Pampita» Ardohain y Benjamín Vicuña fue, sin lugar a dudas, uno de los romances más intensos y seguidos de la farándula rioplatense. A lo largo de once años, su historia estuvo tejida con momentos de profunda felicidad, marcada por la llegada de cuatro hijos, pero también atravesada por un tristísimo hecho que los unió de una manera única. Su separación, muy mediática, no significó el final de su vínculo, sino una transformación hacia una relación de respeto y colaboración por el bienestar de su numerosa familia.
El inesperado flechazo en tierras salteñas
El destino quiso que Benjamín Vicuña y Pampita se conocieran a fines de 2004 en la pintoresca provincia de Salta. Ambos se encontraban allí por compromisos laborales ligados a un proyecto televisivo que, paradójicamente, nunca vio la luz. Sin embargo, ese encuentro casual se convirtió en el punto de partida de una historia de amor que trascendería las pantallas. Y daría mucho que hablar tanto de un lado de la cordillera, como del otro.
Según los ecos de la época, la conexión entre ellos fue casi instantánea, una química palpable a pesar de que ambos llegaban a este encuentro con historias sentimentales recientes y bajo la lupa pública. Pampita estaba finalizando (de manera complicada) su relación con el polista Martín Barrantes, mientras que a Benjamín se lo vinculaba con algunas compañeras de trabajo en Chile. Conscientes del revuelo mediático que su unión generaría, intentaron mantener sus primeros acercamientos con la mayor discreción posible. No obstante, la fuerza de sus sentimientos pronto los llevó a hacer pública su relación, desatando un verdadero huracán en los medios de espectáculos que no dudaron en catalogar su inicio como un «huracán» amoroso. Este comienzo, signado por la pasión y la controversia, presagiaba la intensidad que caracterizaría cada etapa de su vínculo.
La construcción de un hogar en la Patagonia chilena
Tras afianzar su romance, Pampita y Benjamín Vicuña eligieron radicarse en Chile, tierra natal del actor, donde construyeron un hogar y formaron una numerosa familia. En 2006, la llegada de su primogénita, Blanca, iluminó sus vidas. Con el correr de los años, la familia se expandió con el nacimiento de Bautista, Beltrán y Benicio, consolidando un proyecto de vida en común en el sur del continente. Estos años en la Patagonia chilena fueron testigos de la maduración de su amor y de la creación de lazos familiares profundos.
Un tristísimo hecho que partió sus vidas
En 2012, la dicha familiar de Benjamín Vicuña y Pampita se vio abruptamente interrumpida por un lamentable hecho: su hija Blanca partió de este mundo. Este doloroso suceso marcó un antes y un después en sus vidas, uniéndolos en una pena compartida que trascendió su rol de pareja y los consolidó como padres para siempre. La manera en que ambos enfrentaron esta inmensa pérdida demostró una fortaleza y un amor incondicional por sus hijos restantes.
Un adiós mediático y el inicio de un nuevo capítulo
Después de once años de una relación intensa y bajo el constante escrutinio público, Pampita y Benjamín Vicuña anunciaron su separación en 2016. El final de su historia de amor no estuvo exento de rumores y especulaciones mediáticas, generando un gran revuelo en los portales de noticias y programas de televisión. La ruptura de una de las parejas más queridas de la farándula dejó un vacío en el imaginario colectivo.
Un lazo indestructible: la prioridad de sus hijos
A pesar del doloroso final de su romance, Pampita y Benjamín Vicuña han sabido construir un vínculo basado en el respeto y la colaboración, teniendo como principal prioridad el bienestar de sus hijos. Ambos han manifestado públicamente la importancia de mantener una relación cordial y civilizada por el bien de su familia.
En diversas entrevistas, Pampita ha destacado el «lazo muy fuerte» que la une a Benjamín, forjado en la experiencia compartida de ser «sobrevivientes del mismo dolor» tras la partida de Blanca. Se los ha visto juntos en numerosos eventos familiares, demostrando una madurez admirable al dejar de lado cualquier diferencia personal para estar presentes en los momentos importantes de la vida de sus hijos. Incluso, se ha comentado la buena relación que Pampita mantiene con la familia de Benjamín en Chile, visitándolos y demostrando un afecto genuino.
Por su parte, Benjamín Vicuña también ha expresado la importancia de mantener una comunicación fluida y respetuosa con sus ex parejas, incluyendo a Pampita, con el objetivo de brindar estabilidad y felicidad a sus hijos. Si bien ambos han rehecho sus vidas sentimentales por separado, han logrado construir un modelo de coparentalidad ejemplar, priorizando siempre el bienestar de sus hijos por encima de cualquier conflicto pasado.