Pésimo momento para Alejandra Maglietti

Alejandra Maglietti atravesó un momento muy complicado. La modelo y panelista sufrió un robo en Palermo, cuando delincuentes utilizaron un inhibidor para abrir su automóvil y llevarse pertenencias personales.
El hecho ocurrió en una zona muy concurrida, donde ella había estacionado apenas unos minutos. Al regresar, descubrió que su vehículo había sido vulnerado sin signos de violencia. La sorpresa fue enorme y la indignación, inevitable.
Maglietti relató lo sucedido en sus redes sociales, donde recibió una avalancha de mensajes de apoyo. Lo más llamativo fue la cantidad de personas que contaron haber pasado por lo mismo. La modalidad delictiva de los inhibidores se repite cada vez más en distintos barrios de la ciudad.
Los comentarios se multiplicaron. Historias de autos abiertos en segundos, bolsos desaparecidos y la impotencia de descubrir que la tecnología se usa para robar sin dejar rastros. Una sensación compartida que refleja el clima de inseguridad urbana.
Comentarios Solidarios
La panelista agradeció el respaldo y, al mismo tiempo, advirtió sobre la necesidad de estar atentos. “No paro de recibir mensajes de gente a la que le pasó lo mismo”, escribió. Esa frase resume el impacto que tuvo su relato en la comunidad digital.
El episodio se suma a otro golpe emocional. Días atrás, la fábrica de su pareja se vio afectada por un incendio que generó pérdidas importantes. Maglietti lo mencionó con pesar, recordando el esfuerzo de toda una vida. Sin embargo, eligió no profundizar en ese tema y mantener el foco en lo que le tocó vivir personalmente.
La combinación de ambos hechos dibuja un panorama difícil. Pero lo que más me impactó fue la empatía de la gente. En redes sociales, la solidaridad se multiplicó y muchos compartieron consejos prácticos para cuidarse.
Consejos para cuidarnos
Entre los más repetidos: revisar dos veces el cierre centralizado, estacionar en lugares iluminados y evitar dejar bolsos a la vista. Medidas simples, pero que pueden marcar la diferencia frente a una modalidad delictiva cada vez más extendida.
Maglietti, con su estilo cercano, transformó un mal momento en una advertencia pública. Su relato no solo expuso la vulnerabilidad de los sistemas de seguridad de los autos, sino también la necesidad de estar atentos en la vida cotidiana.
El caso reabre el debate sobre la inseguridad y la falta de respuestas frente a tecnologías que los delincuentes aprovechan con rapidez. Mientras tanto, la panelista intentó recuperar la calma y seguir adelante, acompañada por el afecto de quienes la quieren.

La historia deja una enseñanza clara: nadie está exento. Los inhibidores se han convertido en una amenaza silenciosa, capaz de vulnerar vehículos en segundos. La prevención y la atención constante son las únicas herramientas disponibles para reducir riesgos.
En definitiva, Alejandra Maglietti vivió un pésimo momento. Pero su voz, amplificada en redes, se convirtió en un llamado de atención para todos. Una invitación a cuidarse, a compartir experiencias y a no naturalizar el delito.